¿Cómo proteger a nuestros hijos en el uso de la tecnología?

El ocio ocupa un rol preponderante en la vida cotidiana de los hijos que se encuentran en su etapa de sus “primeras decisiones”. El ocio, y ahora con la incorporación de la tecnología en nuestras vidas, son una herramienta que contribuye a la integración a la sociedad hasta el punto de que, para conocer bien a una persona sirve conocer, entre otras cosas, a qué dedica su tiempo de ocio.

El ocio facilita la manifestación de aspectos del carácter de nuestros hijos que es difícil ver en el día a día como su tolerancia al fracaso, su rapidez de reflejos, su capacidad para recomenzar, su facilidad para el pensamiento abstracto, el respeto por las normas, la competitividad sin apasionamiento, entre otras.

Los dispositivos digitales que han llegado para quedarse son vehículos muy atractivos para el esparcimiento. pero con la lupa puesta en que no pueden ser los únicos para este propósito. La televisión, los celulares, las consolas de videojuegos, el internet son algunos de ellos.

En los últimos años, son las redes sociales, que han invadido también el ámbito del juego, y son las que ocupan la mayoría del tiempo de muchas personas ante el ordenador. Aclarando que no todo lo que quieren hacer los hijos con un ordenador es siempre jugar; además de intereses positivos como escuchar música, consultar temas diversos, ampliar información y demás.

Por ese motivo los padres deben informar a sus hijos de los riesgos negativos existentes que conllevan algunas de estas actividades como tratar con desconocidos en la red. Además es importante explicarles e inculcarles que hay que navegar con una finalidad.

Con el fin de que estos dispositivos electrónicos les hagan el menor daño posible, es importante establecer algunas reglas pero en especial construir ciertos hábitos en su uso.

En primer lugar, es importante instalar ciertos filtros y consensos para evitar al máximo contenido indeseado que ronda inevitablemente por la red. De la misma manera, como medida adicional se recomienda restringir su uso por la noche debido a que es el momento en el que más proliferan estos contenidos y amenazas.

Además de estas medidas de seguridad y horarios, es conveniente navegar, con la compañía de adultos responsables y colocar estos dispositivos en zonas comunes del hogar. Lo cual no solo les proveerá más seguridad sino que también ayudará a fomentar actividades compartidas constructivas para optimizar nuestros vínculos con ellos. Estas medidas se podrán reducir gradualmente a una edad concertada y razonable en la que se evidencie un grado sólido de madurez y responsabilidad suficiente.

Por otro lado, una buena comunicación aportará medidas de control en su seguridad, privacidad y salud. Hablar con ellos y guiarlos mediante consejos les ayudará a fortalecer sus reflexiones y criterio propio. Por ejemplo recomendaciones como huir de comportamientos propios del consumismo, no facilitar datos, ni enviar fotografías, ni citarse con gente de la red. 

Finalmente, recalcamos una vez más la importancia de liderar mediante el ejemplo, en una etapa en la que nuestros hijos siguen en una etapa absortiva y de imitación. Por esa razón, los padres debemos convertirnos en buenos referentes. Hemos de utilizar los móviles con racionalidad y conversar con ellos de la conveniencia de utilizarlos en determinados momentos.

Pero también seguir promoviendo actividades tradicionales fuera de los entornos digitales, que permitan mantener una conexión física interpersonal. Por ejemplo, juegos de mesa como Monopoly, Uno, Trivial, Risk, Parqués o Ajedrez. Incluso, actividades que no requieran de materiales físicos y sigan alimentando su imaginación y pensamiento abstracto como juegos de preguntas, adivinanzas y cálculos. 

Así se crearán ambientes y momentos familiares que fomenten las costumbres y hábitos como la lectura, la reflexión y el continuo relacionamiento que con dificultad se encontrarán siempre en los dispositivos electrónicos y multimedia.

Frase: Utilizar estos dispositivos tecnológicos cuando aún no se tiene un criterio proporcional a las posibilidades que brindan o la suficiente madurez para usarlos, puede generar adicciones o crear malos hábitos de consumo.

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