Siete consejos para elegir los juguetes adecuados para tu hijo

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Durante la primera etapa de desarrollo de tu hijo encontrarás que su tiempo se divide en tres actividades principales: dormir, comer y jugar. A partir de esta tercera, el niño desarrollará gran parte de su desenvolvimiento cognitivo, afectivo, de personalidad y motricidad. En los que el sentir por medio del tacto, la observación y el movimiento son los elementos que más le atraen.

Por ese motivo, para rellenar estos largos periodos de tiempo de actividad en los que gaste energía, el niño necesitará juguetes.

El clásico sonajero es algo que ya existía en el antiguo Egipto. Al niño le gusta jugar fundamentalmente porque quiere vencer dificultades y aprender cosas nuevas. Se esfuerza en perfeccionar sus movimientos y, al ver que es capaz de conseguirlo, se llena de felicidad y sigue hasta lograr otro nuevo objetivo.

Recordemos que los padres han de ser los primeros compañeros de juego de sus pequeños. Si tenemos en cuenta que el padre y la madre tienen estilos diferentes de jugar (no tienen por qué unificar criterios), el niño aprenderá más y ampliará el campo de su libertad para jugar.

Entonces, saber elegir los juguetes apropiados para cada etapa de la vida de sus hijos es una labor fundamental. En la que no hay que caer nunca en la tentación de comprar el juguete “revancha”, que es aquél que los padres hubieran querido tener en su infancia y con el que, de alguna manera, todavía sueñan.

Tampoco hay que elegir los innumerables, vistosos e inútiles juguetes de “remordimiento”, los cuales los padres compran para eliminar su sentimiento de culpa para sustituir la falta de cariño y atención.

A continuación les presentamos siete consejos para elegir un juguete para su hijo:

  • Que el juguete se adapte a los gustos y preferencias del niño.
  • Que el juguete sea adecuado en relación a su edad y nivel de madurez.
  • Que el juguete sea sólido y seguro.
  • Que el juguete estimule su creatividad e imaginación.
  • Que el juguete no fomente actividades violentas.
  • Que el juguete contenga instrucciones claras, precisas y sencillas.
  • Que el juguete estimule su observación, imitación y repetición.

Por otro lado, también se recomienda que el niño pueda usar de amplios espacios abiertos como el parque para que jueguen en un ambiente natural como los parques y se familiaricen también con otros elementos como flores, plantas e incluso animales.

Los niños disfrutan repitiendo. Al repetir juegos y conductas observan que cada vez les salen mejor, se sienten seguros de lo que hacen y eso les atrae. Ejercitan la observación y la memoria. Además, en cuanto al desarrollo cerebral, la repetición es una acción que consolida y mejora sus conexiones neuronales.

Ya que gran parte de la vida se relaciona con el juego, nosotros hemos de preocuparnos por cómo juegan, por cómo se desenvuelven en el juego y por cómo interiorizan lo que aprenden a través de él. Esto se debe a que el juego nos ayuda a establecer normas, exigir respuestas, incentivar la participación, armonizar conductas, desarrollar la imaginación y desenvolvernos bien en el mundo de los afectos.

Si queremos mejorar nuestros vínculos afectivos con ellos y el relacionamiento con su entorno, el juego es una herramienta indispensable.

Frase: Al niño le gusta jugar fundamentalmente porque quiere vencer dificultades y aprender cosas nuevas

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